Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2010

Segundos

Puedo contar los segundos que he estado en ese estado. Puedo recordar cada uno de ellos. Puedo pensar en ellos infinitamente. Puedo hacer todo esto, pero aún no puedo entenderlo. Siento que algo ha pasado y siento que me muero porque continue pero no entiendo lo que viene, no entiendo. Tal vez solo tenga que esperar, seguir como he estado, tratando de sobrevivir. He llegado al punto en que solo esta esperanza es lo que me sostiene, no quiero perderla. Espero ir en el buen camino. Me he rendido, por completo, no soy nada frente a tí. Ahora no tengo miedo de decirlo.

Sunday Morning...

Estoy aquí sentado, escuchando la radio, queriendo escribir, queriendo estar acompañado, queriendo nadar, queriendo estar con ella, queriendo tantas cosas que al final me doy cuenta que mientras más tenga algo más faltará. Creo que he descubierto una parte de mí que nunca imaginé, creo que la estuve guardando para un momento indicado pero cuando llegó no salió como pensaba. No entiendo cómo es que me puedo sentir de esta manera, no entiendo lo que siento y ahora me pongo a pensar en cuantasmentiras dije, tal vez mentiras necesarias, pero entonces no sabía que mentía. Estoy en el mismo lugar que muchos llegaron pero aún estoy solo, a punto de morir. Creo que sólo una cosa me haría sentir que no es posible tener más en la vida. No entiendo cómo es que pueda seguir respirando. Algo me da que puedo seguir, algo me da que puedo sonreir, es como que si tuviera una gota de agua cada día en el desierto de mi vida. ...and I'm falling

II

Siento la demora, han pasado muchas cosas que afectaron mi inspiración para terminar este pequeño cuento. A los pocos lectores que tengo: Me gustaría que comenten ya que es mi primer intento de cuento en mi vida, vale mucho si me dijeran qué es lo que faltó. Ahora ... __________ La primera imagen que pudo distinguir fue la del mismo bosque, probablemente el mismo lugar donde cayó, pero no había árbol muerto, todo era normal, todo en ese bosque era perfecto. Se dio cuenta que veía todo desde muy alto, sus ojos eran parte de un árbol en el bosque, tal vez se había convertido en uno de ellos. Podía sentir los miles años de vida de cada árbol mientras se preguntaba cómo era posible que nunca se habían caído y por otro lado qué sería lo suficientemete fuerte cómo para tumbar a uno de ellos. Sentía la brisa del bosque mover sus ramas, una y otra vez, unas veces más fuertes otras más suaves, se sentía tranquilo en medio de este bosque, no podía pasar nada malo, todo era perfecto, siempre. Y

BANG!

Cuánto puede hacer una sonrisa por una persona, no solo la sonrisa sirve para el emisor sino para el receptor. Tanto como un abrazo o un beso las sonrisas son en mi vida indispensables, pero en especial una es la que no tiene descripción alguna ni manera de agradecerla. Las palabras faltan y el tiempo se detiene. Me detengo a observarla y no creo lo que veo. No es solo esa sonrisa, sino lo que hay detrás, conozco esa sonrisa, cuántas veces quize ser la razón de ella. El tiempo pasó y la sonrisa es la misma, yo no. No puedo, ahora más que nunca, negarme y mentirme cada vez que la veo, esa sonrisa hace que mi mundo gire, que mis pulmones respiren, que mis labios sonrían cada vez más.

I

En tierras lejanas, tal vez tan lejanas que escapan de nuestro entendimiento, existía la paz y la armonía. Tierras vírgenes que no habían padecido la guerra, no habían sufrido aún por odio o por amor. Se encontraba un hombrecillo caminando entre uno de los infinitos bosques. La luz del día llegaba a sus ojos de una manera tan sutil que no era necesario arrugar un poco los párpados aunque esté en pleno amanecer, la sombra de estos árboles milenarios lo cubría todo creando un ambiente perfecto para despejar un par de ideas, filosofar sobre la existencia de un mundo tan perfecto o simplemente tratar de decifrar la edad de aquellos bosques, tan antiguos como la tierra misma que aquel hombrecillo pisaba. No sabremos a ciencia cierta a dónde se dirigía aquel hombrecillo, su rostro no mostraba sentimiento alguno. Si su mente estaba en otro lado, en otro estado, no lo hubieran notado. Simplemente caminaba, sin rumbo. Olfateaba cada flor hermosa que veía y trataba de palpar todos los árboles