Looking Back at Sunsets on the Eastside

Mis dedos están débiles y no tengo muchas ideas para escribir esta entrada. Este cumpleaños he querido alejarme de todos y aunque no ha sido del todo, extraño ciertas cosas. Ultimamente he estado pensando mucho en mí, en mi futuro, en mis pensamientos y en el amor (siento ganas de reír cuando menciono esta palabra tan profunda y tan difícil de entender en este cerebro tan idiota). Creo que todavía soy muy joven para pensar en este tipo de cosas y a veces me siento tan diferente de los demás que las dejo de lado y trato de olvidarlas. Pero la fecha que elgí para viajar ha sido porque quiero estar un tiempo conmigo mismo y tratar de recordar lo que sentía hace tiempo. Mis ideas, mis gustos, mis recuerdos, mi persona. Muchas veces se me hace difícil aceptarme y a veces me irrita emocionarme tanto, ser tan sensible frente a tantas situaciones. Pero cada vez pienso que ese sentimiento pronto desaparecerá y no volveré a ser quien soy ahora. ¿Qué tengo que ver o a quién debo conocer para dar...

Mientras las horas pasaban el mundo que había creado cambió nuevamente. La incertidumbre me emociona, el futuro me intriga, la mentira se asoma y quiero creerla. He luchado por guardarlo pero lo he compartido y lo he disfrutado. He chocado con mis verdades pero entre ellas la mentira puede tomar forma. No busco la respuesta del problema. Busco el camino de la verdad. No puedo darme el lujo de verlo como quiero, de emocionarme mientras lo vieron. He podido ver ahora la historia de la vida, he visto los colores de las risas. Pero esta noche me permitiré asomarme a la ventana en el filo de mi mente y buscar el color en el vacío, el sabor en el aroma, la verdad en la mentira.