El mundo que percibimos esta en cierto orden. La naturaleza, los fenómenos, la rutina, Dios son los que asientan este precepto en nuestra vida. El orden de las cosas representa la concepción que tenemos del mundo. Sin embargo este orden tiene variantes, nosotros nos limitamos a ver una perspectiva de ésta realidad, cosas tan simples como una estatua en un parque, el camino que forman un par de faroles, dos árboles encontrándose en medio de un espacio ocupado por la simple brisa de la tarde, son las que constituyen el orden de nuestra realidad. Pero todos estos factores forman la realidad como conjunto, pero si uno de ellos cambia por razones que solo Dios puede explicar, el orden que percibimos cambia drásticamente y nuestra vida no será igual nunca más. El cambio es producto de la muerte del tiempo que pasó.
A pesar de esto, no somos capaces de captar todos los objetos que constituyen el orden de nuestra realidad, muchas veces vemos un paisaje y cada vez encontramos algo nuevo. Es lo hermoso de la naturaleza infinita. Si miramos con detenimiento cada cosa que nos rodea encontraremos nuevos órdenes, nuevas realidades que juntas con la nuestra forman el mundo. Es así como una estatua en un parque se vuelve un héroe que mirará eternamente el mástil que no pude ver antes y cada vez que se ice la bandera de la patria estará ahí saludándola con la misma cantidad de amor y orgullo que sentía cuando vivía.
Nuestra vida ha sido hasta ahora una simple fracción de lo que es en realidad y muchos no han llegado a observar lo hermoso que ha quedado atrás y todavía no reflexionan sobre lo que vendrá. El orden de nuestra vida va a cambiar por completo y desde que hemos nacido ha estado ligado al cambio, simplemente no nos hemos percatado o no nos hemos puesto a pensar sobre aquello. Para algunos de nosotros no les quedará mucho por hacer y su tiempo terminará pronto, la gente los llorará, pero ellos llorarán aún más porque no pudieron observar el orden de su vida de todas las perspectivas posibles, no pudieron saborear un poco del infinito que nos da la naturaleza.
Toda la realidad está puesta, simplemente debemos observarla, amarla y disfrutarla.
Toda la realidad está puesta, simplemente debemos observarla, amarla y disfrutarla.
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