En medio del tiempo existe un espacio que no se describe ni percibe es solo un momento en el cual uno existe y no piensa más. Los sonidos vienen y van y uno mueve el cerebro lo más que pueda. Ese momento esta lleno de deseo, de entusiasmo, de euforia, de amor y odio. Secciones así de tiempo necesitamos para mantenernos vivos, para mantener el aire en nuestros pulmones, para sobrevivir. Fenómenos como este no nos deja duda de lo hermosa que es la vida y lo perfectos que estamos hechos, vemos nuestra creación llevada al máximo y tratamos de repetirla alzando la voz al aire y dejar que se pierda en oídos ajenos. Cada vez que vienen nuestro corazón se llena, nuestra vida absorbe luz y brilla al máximo. Nuesto cuerpo no lo controla y se mueve, no quiere detenerse, se mueve al compás del tiempo y el sonido.
Prestigio? Exito? Experiencia? Dinero. Amistad? Amor? Fidelidad? Indiferencia. Respeto? Responsabilidad? Entrega? Pereza. Las palabras que hablamos se van de a pocos, las decisiones que tomo reflejan quien soy, las gotas se vuelven mares, el mar, un océano. Para qué tener cuando necesitas perder, para qué tomar cuando necesitas dejar, para qué pensar cuando necesitas hacer. No somos uno, somos hipócritas, Somos dos, y somos cobardes. Cómo sanar una herida si no está? Cómo sangrar si no se sufre? Cómo dormir si quiero escapar? Cómo confiar y jugar si no existen reglas?
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