Me he puesto a pensar que mi pequeña e insignificante vida ha pasado muy rápido hasta ahora. No me he podido detener en ningún momento a pensar en lo que realmente soy o quiero. Siento que muchas de las decisiones que he tomado han sido para satisfacer a alguien más, que mi vida depende de otros, que el servicio es lo que condena mi mente. Muchos de los cambios que han sucedido en mi vida la han cambiado por completo y no me he podido detener a pensar en lo que siento. Creo que es hora de cambiar un poco todo lo que he pensado hasta ahora, siento que siempre he creído que hacer las cosas por los demás es la mejor manera de actuar y siento que, aunque algunas cosas que haya hecho han sido para mí, un peso viene a mi espalda y me impide caminar. Es hora de pensar en mí, hacer lo que de verdad quiero, elegir las cosas que quiero, creo que es difícil, no estoy acostumbrado a hacerlo pero comenzaré ahora. Espero no olvidarme de mis palabras como he olvidado que mi vida también es para mí. No digo que me convertiré en un ser totalmente egoísta (como creo que es como me ven muchas personas), muchas veces hice las cosas por pensar en los demás y no sentí mucha satisfacción al respecto, creo que debemos balancear nuestros actos. Me siento melancólico y triste, extrañaba escribir.
El mundo que percibimos esta en cierto orden. La naturaleza, los fenómenos, la rutina, Dios son los que asientan este precepto en nuestra vida. El orden de las cosas representa la concepción que tenemos del mundo. Sin embargo este orden tiene variantes, nosotros nos limitamos a ver una perspectiva de ésta realidad, cosas tan simples como una estatua en un parque, el camino que forman un par de faroles, dos árboles encontrándose en medio de un espacio ocupado por la simple brisa de la tarde, son las que constituyen el orden de nuestra realidad. Pero todos estos factores forman la realidad como conjunto, pero si uno de ellos cambia por razones que solo Dios puede explicar, el orden que percibimos cambia drásticamente y nuestra vida no será igual nunca más. El cambio es producto de la muerte del tiempo que pasó. A pesar de esto, no somos capaces de captar todos los objetos que constituyen el orden de nuestra realidad, muchas veces vemos un paisaje y cada vez encontramos algo nuevo. Es lo ...
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