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Sunday Morning

Hay momentos en que percibo que la velocidad del tiempo desacelera poco a poco. Las cosas funcionan más lento, los días son más largos, la espera mas desesperante, los recuerdos me ponen nostálgico. Me acuerdo de ciertas cosas que han pasado, personas que he conocido, personas que he querido tanto, personas que he olvidado, personas que muero por volver a ver, personas que me han dejado, personas que me quieren y que lo seguirán haciendo.

El tiempo, de vez en cuando, me da esa oportunidad (única cada vez que pasa) de poder sentir el paso del tiempo, de poder ver el mundo caminar más lento. Me da la oportunidad de ponerme a pensar en las cosas que me faltan y en las cosas que extraño. Recuerdo esos momentos que pasaron tan rápido que quisieras que vuelvan a pasar siempre. Creo que Dios nos da esta sensación para poder ver cuáles fueron nuestros momentos rápidos para así poder disfrutar nuestros momentos lentos: llenos de recuerdos y anhelos, llenos de amor y cariño, llenos de sonrisas y risas, llenos de rostros hermosos que desearías volver a ver, rostros que no te atreves a volver a ver y (¿por qué no?) rostros que ya no quieres volver a ver pero su recuerdo hace que tu vida esté completa.

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