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Lapicero Nuevo

El lapicero nuevo es una sensación genial. Cada vez que agarro uno nuevo me siento libre. Es como cuando después de una semana de solo exámenes y full estrés, en el fin de semana, ir a la playa, quedarse hasta la madruada despierto y ver el amanecer.

Lo mejor de esta salida de rutina es estar acompañado, nunca solos porque el sentimiento es tan grande que nos sentiríamos vacíos. Lo mismo pasa con el lapicero nuevo, ¿Qué caso hay en tener un lapicero nuevo sin tener nada que escribir? Me prgunto: ¿qué caso tiene ver el amanecer más hermoso de todos sin tener con quién compartirlo?

El problema radica en que el lapicero lo puedo buscar en una tienda, lo compro a bajo precio y disfruto de él. Una pareja es un trámite totalmente diferente y con un grado de dificultad inmenso. Lo peor de todo es que nunca sabemos cuál lapicero es el mejor para nosotros hasta escribir con él; si lo tenemos, muchas veces, no sabemos utilizarlo; otras, lo dejamos hasta que la tinta se seca y no escribe más; otras veces, la peor de todas (mi problema), no sabemos escribir.

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