Era una noche fría. Ella miraba al cielo sin pensar en nada. Contaba las pocas estrellas que se veían en el cielo. Pensaba en las cosas que él le había dicho y las repetía una y otra vez en su cabeza. Amaba su voz y más cuando la notaba seria. Le gustaba como sus labios se movían al hablar y le gustaba que él lo mirara con esos ojos especiales.
Él estaba caminando a su casa, pensando en lo que había dicho. Penso en las consecuencias e ideó un plana para poder salir de esos posibles problemas si es que se diera el caso. Se sintió culpable por pensar eso. Arrepentirse después de una declaración tan grande no es de un hombre, no es algo que él haría. De hecho, no se arrepentía, se sintió aliviado, pero con miedo. Cuando llegó a su casa lo único que quería era volver a sentir sus manos tibias, volver a ver sus ojos, volver a sentir su mejilla y su aroma.
Ninguno se atrevió a hablarse durante semanas, no querían verse después de lo que había pasado, sintieron miedo. Cada uno siguió con su rutina y poco a poco fueron dejando de lado ese recuerdo. Ahora él no sabe a dónde mirar y ella mira a todos lados sin saber cuál será el verdadero. Ambos se quieren, pero es muy dificil volver a decirlo con aquellas ganas.
Un día, él la vió en la calle, se notaba cambiada, algo en su mirada no era la que él recordaba y aunque no quisiera aceptarlo no volverá a ser la de antes. Ella también se cruzó con él un par de veces, pero no sabía como hbalarle después de tanto tiempo, sentía que su situación con él era demasiado extraña y anormal que no encontraría manera de evadir el tema. Ella se le acercó y lo saludó, le dió un beso y le pregunto que era de su vida, que lo había extrañado y que lo quería volver a ver otro día un poco más tiempo. Aunque no le gustaba aceptarlo, ella le mentía. No lo había extrañado, no le importaba mucho qué había estado haciendo en estos largos días y si hubiera querido verlo más tiempo, ése era el momento, pero ella no lo quizo tomar.
Ella le mentía y él lo sabía. Él no sintió mucha pena, hubiera deseado que las cosas sean diferentes, pero no lo eran.
Es ahí donde termina esta historia. En un vacío enorme entre unas miradas que habían estado llenas de amor una noche y ahora eran simple movimientos musculares.Un fin incompleto para un amor perdido el olvido.
Él estaba caminando a su casa, pensando en lo que había dicho. Penso en las consecuencias e ideó un plana para poder salir de esos posibles problemas si es que se diera el caso. Se sintió culpable por pensar eso. Arrepentirse después de una declaración tan grande no es de un hombre, no es algo que él haría. De hecho, no se arrepentía, se sintió aliviado, pero con miedo. Cuando llegó a su casa lo único que quería era volver a sentir sus manos tibias, volver a ver sus ojos, volver a sentir su mejilla y su aroma.
Ninguno se atrevió a hablarse durante semanas, no querían verse después de lo que había pasado, sintieron miedo. Cada uno siguió con su rutina y poco a poco fueron dejando de lado ese recuerdo. Ahora él no sabe a dónde mirar y ella mira a todos lados sin saber cuál será el verdadero. Ambos se quieren, pero es muy dificil volver a decirlo con aquellas ganas.
Un día, él la vió en la calle, se notaba cambiada, algo en su mirada no era la que él recordaba y aunque no quisiera aceptarlo no volverá a ser la de antes. Ella también se cruzó con él un par de veces, pero no sabía como hbalarle después de tanto tiempo, sentía que su situación con él era demasiado extraña y anormal que no encontraría manera de evadir el tema. Ella se le acercó y lo saludó, le dió un beso y le pregunto que era de su vida, que lo había extrañado y que lo quería volver a ver otro día un poco más tiempo. Aunque no le gustaba aceptarlo, ella le mentía. No lo había extrañado, no le importaba mucho qué había estado haciendo en estos largos días y si hubiera querido verlo más tiempo, ése era el momento, pero ella no lo quizo tomar.
Ella le mentía y él lo sabía. Él no sintió mucha pena, hubiera deseado que las cosas sean diferentes, pero no lo eran.
Es ahí donde termina esta historia. En un vacío enorme entre unas miradas que habían estado llenas de amor una noche y ahora eran simple movimientos musculares.Un fin incompleto para un amor perdido el olvido.
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