Caminaba por la calle en medio de la noche, no sabia qué pensar, en quién pensar, no sabia qué hacer, no sabía si estaba bien.
Miraba al cielo buscando una luz, una luz diferente, entre las millones de estrellas, caminaba sin rumbo, pensando en la noche anterior.
No le importaban muchas cosas a su alrededor, no sabia donde se paraba. Se sentía tan culpable como inocente. Tan hermosa como indeseable.
Ella solo miraba a travez de unos ojos desconocidos, no eran parte de su cuerpo.
Ella hablaba con otra voz.
Ella besaba con labios ajenos.
Se sintió en el cielo mismo, en aquel cielo que solo maquinaria la había llevado, en el cielo que el hombre había amado tanto.
Estaba cansada, estaba perdida. Aunque sepa quién fue; no reconoció lo que es y esperaba que viniera él y le dijera que debería ser.
Se atrevió a pensar, a recordar. Cerró los ojos y sintió lo que siempre esperó.
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